Empieza la década del ochenta en Uruguay. En el pueblo fronterizo de Mosquitos hay dos buenos amigos: Esnal y Milo. Se conocen de toda la vida. Son inseparables. Esnal (50), un hombre pícaro y algo arrogante, contador de historias, vive con su madre. Milo (46), hijo de húngaros, tiene dos hijas (Beatriz, ya en sus veinte, Anita, quinceañera) y está casado con Dolores, quien pasa los días y las noches postrada en la cama, con una jaqueca eterna.

En Mosquitos se habla en portuñol. Mosquitos tiene su bar, su club social, su radio, su tienda y mercería, su cementerio, su correo, el río. Mosquitos tiene su cuartel, un coronel con muchas ínfulas y un retrato del suegro muerto dictándole las reglas del camino marcial. El pueblo no es ajeno a un proceso dictatorial que sofoca el aire en todo el país y que puede tanto detener como desaparecer a los detractores. Son días difíciles.

Como dos niños en pos de una aventura, Esnal y Milo, se mofan del coronel vandalizando su posesión más atesorada, y usan la radio para lanzar un mensaje presuntamente anónimo: es la hora de la libertad. Ese pequeño acto de resistencia en contra de la arbitrariedad no sale tan bien como los amigos esperan, y Milo es detenido. Desaparece sin dejar rastro.

Las hijas, Beatriz y Anita, desesperadas, inician una pesquisa que llevará a la mayor a Montevideo y que sumirá a la menor en la melancolía y la persecución de unos pobladores indecisos a la hora de identifcar el bien del mal. Esnal, por su parte, culposo por haber compartido la aventura con el amigo y no haber corrido con la misma (horrible) suerte, se impone un encierro que lo hace vivir entre las paredes de su habitación, en medio de la oscuridad y una pesadilla que se asemeja bastante al delirio.

El ostracismo de Milo se romperá cuando las hijas tomen la resolución de seguir la búsqueda del padre dentro de la propia localidad de Mosquitos, y en el camino mantener la frente en alto. La muerte de la madre de Esnal y la huida de Dolores en medio de un verano infnito dejarán a las chicas y al amigo más solos, sí, pero también libres para inventar los pasos siguientes sin renunciar a la búsqueda del mejor amigo y del padre.

Milo tiene una idea: tal vez sea hora de que Mosquitos escuche una historia nueva. Una historia con mayúsculas (Historia Universal de la Humanidad) que cuenta las grandes gestas de grandes hombres, contada por un solo hombre con una misión que hace honor a su picardía y a su vocación de cuentista. Una fábula expresiva y valiente, que se relata juegos de luces y sombras y personajes que se animan a encarnar una epopeya. Una fcción dentro de la fcción. Una pequeña batalla que es capaz de torcer para siempre el rumbo de La Historia, de una comunidad entera, de las historias de una familia.

Biografía

Filmografía

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